El baie y la música siempre son lo mismo cuando se combinan, diversión. Pero qué sucede cuando la música se baila al ritmo de Dirty Dancing, nada vuelve a ser lo mismo. Sin lugar a dudas un espectáculo que nos remite a la década de los ochenta, verano donde una joven, tan común como cualquier otra, descubre en los brazos de un hombre, la sensualidad del baile y el erotismo que puede existir cuando dos cuerpos se coordinan al ritmos de la música.

Gran Teatro Moliere presenta Dirty Dancing, sin lugar a dudas un espectáculo que te hará revivir la seducción que existe en cualquier encuentro fortuito con el destino. Baby, la más pequeña de la familia, encuentra en sus vacaciones familiares el verdadero ritmo de su vida. Ella descubre en un cuerpo masculino, quien imparte clases en la villa donde se hospedan, el amor, y no sólo por él, sino por el baile. Sin embargo, Baby con dos pies izquierdos, deberá vencer su miedo y demostrarle a todos, y a ella misma, que el ritmo se lleva en el corazón no en los pies.

Una excelente producción que dificilmente podremos ver este año en alguna otra puesta en escena; la escenografía te transporta del bosque a la ciudad, de una casa a un bar, de un cuarto listo para hacer el amor a una cocina donde se puede llorar; obra donde la música te hará bailar en tu lugar, mientras las actuaciones y los pasos de baile, te harán querer ser parte del reparto. Un hecho es que no podrás dejar de sonreír de principio a fin.

Lánzate a ser parte de Dirty Dancing y moverte al ritmo de los bailarines, quienes no perderán la oportunidad para seducirte en esta puesta en escena que te levanta porque te levanta. ¡Qué esperas!